Aún reverberan los vivas de Poncho Zuleta a los AUC en aquel efusivo saludo, acompañados por ráfagas de ametralladoras, en esa noche de parranda en el municipio de Astrea, Cesar, una tierra duramente golpeada por el movimiento paramilitar en la región.

Indudablemente, este gesto ha sido el ejemplo que ha adoptado la candidata a la Gobernación del Cesar, quien ha pretendido presentarse como una alternativa frente a los Gnecco, pero su figura no representa un sentir popular, sino el resurgimiento del paramilitarismo en el Cesar.

Hemos presenciado a una mujer inmersa en esa cultura, donde el lenguaje es dictado por las ráfagas de fusiles. Nunca antes la élite del Navalito se había volcado tan fervientemente hacia la aspiración a la gobernación del Cesar. Sin embargo, como se comenta en corrillos políticos de la comarca, el Navalito no elige gobernador. En los barrios populares de Valledupar y La Paz hacia el sur, la gente parece dirigirse en una dirección opuesta, lo que plantea un desafío significativo para materializar el anhelo melancólico característico de esa élite que busca recuperar el poder en el Cesar.

¿Qué ha cambiado? Si tenemos una candidata que durante toda su vida ha elegido estar cerca del sonido de los fusiles, es pertinente revisar un poco la vida de Claudia Margarita. Fue conocido su romance con Miguel Duran, exrepresentante y reconocido parapolítico de la región, con quien tuvo un romance breve.

De manera sorpresiva, se conoció un nuevo amor que nació en una fría celda, también con un parapolítico. Se trata de Luis Humberto Gómez Gallo, dirigente conservador del Tolima, expresidente del congreso y condenado por parapolítica. Una vida vertiginosa que se vio empañada por su relación con las autodefensas.

Posteriormente, se dio a conocer el romance con el también parapolítico Álvaro Araujo, posiblemente un nombre más reconocido en la sociedad vallenata. Hijo del patriarca Alvaro Araujo Noguera, hermano de Sergio Araujo, hombre cercano al Uribismo en el Cesar. Álvaro Araujo Castro fue senador de la república, también procesado por parapolítica.

No pretendemos profundizar en temas personales, pero sí es notoria la tendencia de la candidata Claudia Zuleta a relacionarse con parapolíticos, casi una constante en su vida que no deja de generar inquietud y nos lleva a comprender cómo esta candidatura se ha convertido progresivamente en la esperanza del renacer paramilitar de la élite Vallenata.

Actualmente, se rumorea sobre un médico anestesiólogo de nombre J, que no tiene antecedentes de ser parapolítico, pero que recientemente se le ha visto moviendo grandes cantidades de dinero. Según fuentes consultadas, este considerable flujo de efectivo no coincide con la trayectoria conocida de este médico en el Cesar. ¿De dónde proviene todo este dinero? Esperamos que las autoridades puedan brindar respuestas.

Recordemos que Claudia Margarita es una mujer libre, pero parece estar construyendo sus propias cadenas. Que los «Viva» a los paramilitares sigan siendo parte del pasado, así como las anécdotas melancólicas del Navalito.


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