Los Bosconenses no olvidan el día en que, en un abrir y cerrar de ojos, sufrieron la inclemencia de la naturaleza; la desesperanza e incertidumbre eran el paisaje. Muchos que decían ser servidores del pueblo ni siquiera se les vio.
Jorge Patiño fue uno de los pocos que acompañó en todo momento a su gente, con una labor social enorme. Estuvo al frente de la situación aliviando las penumbras del momento y acompañando a los más necesitados. No se escondió, por eso hoy Bosconia lo rodea.
Desde el cielo se pudo visualizar una mancha de colores que evocaba la esperanza, la resiliencia y las ganas de avanzar de un pueblo grande como Bosconia. Una comunidad llamada a ser un actor estratégico en la logística del país. Que vivió un letargo, pero que hoy se sacude y se une en un solo propósito. Progreso.
Su gente unida por Bosconia entusiasma, se ve cómo la gente le apuesta a la experiencia y a dejar de lado la improvisación. Fue una tarde para la historia donde se vivió una verdadera fiesta democrática llena de esperanza y optimismo.
La desaprobación de la gestión del actual mandatario es evidente, el rechazo es enorme y se percibe en las calles de la población. Su candidato carga este lastre y claramente los Bosconenses no quieren vivir nuevamente en la improvisación y el retraso al que el actual mandatario llevo al municipio.
Lo que se vivió este sábado en el lanzamiento de la campaña fue un hecho político que estremeció a la población, pero también una bocanada de esperanza y mejores tiempos para Bosconia, que hoy carece de un norte, de un rumbo que posibilite desarrollarse para su gente, pero que es resiliente y se levanta en marcha hacia la transformación del municipio.
Estamos en la recta final de una campaña que genera esperanza y expectativas enormes, donde se espera colocar un tatequieto a la desidia y al olvido, donde se pasa nuevamente al desarrollo y al progreso del municipio dejando atrás el trago amargo de los últimos cuatro años. Llegó el momento de la gente, porque la experiencia no se improvisa.