Un novelón es lo que se ha podido ver alrededor de los aspirantes a la Gobernación que buscan hacerle frente a la candidatura que representa la Casa Departamental. Llevan más de un año intentando y, a menos de dos meses, no han logrado un acuerdo de unión que contribuya a ese propósito.

Una verdadera trama de traiciones, egos e intrigas, que en nada contribuye a la construcción de una alternativa real de poder, es lo que se ha vivido. La movida que sus promotores llaman “Alianza por el Cesar”. Esto ha sido una labor titánica e infructuosa, a juzgar por la soberbia de los candidatos que la conforman y que, en el fondo, no son capaces de deponer sus intenciones, aunque se jacten de decir que el bien colectivo prima ante su interés personal.

Entrevista de Claudia Margarita en Wradio Colombia

Todo esto llega a reflexión al escuchar cada una de las intervenciones de los aspirantes a la Gobernación, en la Wradio, en el espacio liderado por el reconocido periodista Julio Sánchez Cristo. Nos llamó poderosamente la atención la soberbia de la aspirante Claudia Zuleta al acentuar que ella no necesita el eventual apoyo de los demás candidatos, aunque al tiempo deja entrever que una posible alianza no le desagrada y estaría dispuesta a someterse a una encuesta para escoger al representante de los alternativos.

Es casi imposible encontrar un consenso cuando los egos se imponen. «Yo estoy bien, los demás están mal», “por eso debo ser la designada” ese no es el punto. Esto no es escoger a alguien para hacer un mandado o imponer un nombre a la fuerza, es estructurar una ruta que contribuya a las soluciones y representarla a nivel colectivo, con humildad y carácter.

Aparte de esto, las contradicciones de los candidatos a nivel moral campean, donde hoy critican sin pudor, incluso después de estar en buenos términos con sus presuntos oponentes compartiendo manteles hoy por conveniencia política critican. O en el caso de Sanguino, quien luego de varios cuestionamientos por su proceder en la alcaldía de Bogotá, hoy pretende venir a dar clases de moral, y tal parece que nadie le está creyendo su cuento.

Por otro lado, Alexandra Pineda sigue en sus manifestaciones y protesta ante las autoridades electorales por su no inclusión en la tarjeta electoral, una situación que la ha distanciado de la otra aspirante a la gobernación, Katia Ospino, a quien en los últimos días se le ha visto un bajón en su campaña electoral. Tal parece que lo único que da vida a su campaña son los insultos y agravios frente a la casa departamental.

La tal alianza, nacido fracturada desde el inicio lo que se percibe es una carnicería abierta que poco a poco lo único que ha logrado es aniquilar cualquier posibilidad de unión.

Lo cierto es que la tal alianza cada vez parece más una utopía lejana que una realidad tendiente a irrumpir en el debate electoral. Esto se debe más a los egos y las intrigas, así como a la falta de capacidad de trabajar en equipo, o la voluntad para desmontar sus ambiciones personales. Por eso, aunque de dientes para afuera hablen de alianza, el triunfalismo y el egocentrismo ganan la parada.

Por esta razón, la realidad evidencia que los egos hablan más que las palabras…

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